Mi historia: De jugador a desarrollador
La vida para mí no ha sido particularmente dura ni nada por el estilo, nací en un hogar de clase media y tuve una familia que me amó en todo momento. Sin embargo con ellos tuve algunos pequeños inconvenientes que coincidieron con mi primera y más importante pasión: los videojuegos.
Recuerdo que desde muy pequeño pasaba horas y horas al frente del televisor jugando todo tipo de juegos de la PlayStation 2. Desde combates, hasta fútbol pasando por guerra; todo lo que se pudiera hacer en una consola me atraía mucho más de lo que se podría pensar. El tiempo pasó y la escuela en algunas ocasiones quedaba en un segundo plano, por lo que los sermones de mi mamá eran interminables pero yo era un caso perdido, no había nada que hacer, de todas maneras en ningún momento llegué a reprobar algún curso porque sí que me gustaba aprender sobre algunos temas.
Mi primer contacto
Durante mi época de educación secundaria quise ampliar mucho más lo que hacía en torno a este fenómeno, por lo que abrí un pequeño blog en internet en donde escribía opiniones y reseñas sobre lo que jugaba. Era un adicto a todo esto, así que mis opiniones estaban bastante bien fundadas, al menos desde el punto de vista de un cliente bastante fiel.
Los años pasaban y mis padres se daban cuenta que aquello que consideraban nocivo para mí podía terminar siendo una buena oportunidad de vida, sí, increíblemente terminaron siendo mucho más modernos de lo que yo creía. Evidentemente al ver que mi blog tenía una cantidad considerable de visitas y que el mundo avanzaba hacia una nueva era digital, terminaron por abrir los ojos. Esto llegó al punto en que me recomendaron estudiar informática o alguna carrera que se relacione con la tecnología y que pudiera enlazar con mi pasión, pero yo que soy bien testarudo no les hice caso.
Una etapa diferente
Termine por escoger algo totalmente diferente a lo que siempre soñé, ingresé a estudiar física en la universidad, era algo que me llamaba la atención pero no era mi pasión. De manera paralela había sido contratado por una pequeña web digital para seguir haciendo mis reseñas sobre videojuegos y de esta manera generar algunos ingresos que no me venían mal, aún más si tomamos en cuenta que parte del proceso era jugar, lo que me permitía disfrutarlo bastante.
Sin embargo, un día todo cambió: me había graduado hacía ya un par de años pero en lugar de continuar con mi formación decidí que aquello que amaba tenía que apoderarse de mi vida: tantos años probando juegos nuevos, tantas ideas sobre cómo perfeccionarlos tenían que llegar a algún sitio. Es entonces cuando me puse en contacto con unos amigos desarrolladores y les pedí que me explicaran cómo iniciarme en esto. Comencé a hacer cursos en línea y a aprender de programación, mi facilidad para los números fue un aliado bastante útil. Hoy en día me encuentro desarrollando un juego novedoso con una importante empresa, pero lo más importante de todo es que soy feliz con lo que hago.